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Por un mejor lugar de encuentro con Cristo Resucitado

Por un mejor lugar de encuentro con Cristo Resucitado

Nuestras iglesias, templos visibles no son simples lugares de reunión, son espacios que significan y manifiestan a la Iglesia que  vive  en  ese  lugar,  son morada de Dios con los hombres. En Colón encontramos hermosas edificaciones que sirven para congregar a los fieles, pero hay otras que al transcurrir de los años han sufrido desgastes; una de ellas es la Parroquia Santa María de Belén, que actualmente se encuentra en proceso de remodelación.
Esta parroquia fue instituida en el año 2002 por Monseñor Carlos María Aríz, Q.E.P.D., cuando fue obispo de la diócesis, y nombra en aquel entonces al ahora sacerdote Rogelio Manchong.
Tras grandes esfuerzos esta parroquia está en total remodelación, debido a que presentó un desprendimiento de las paredes próximas al presbiterio en plena celebración eucarística, por falta de mantenimiento y cuidado.
“Presenta también rajaduras, techo con filtración de agua, grietas y más”, señala el actual párroco,  el Pbro. Pablo Mora.
El templo está construido en una pequeña loma justamente en las entrada principal de la comunidad; una comunidad que cuenta con una población pobre y de altos índices delictivos. Sin embargo que lucha para que esto no sea impedimento para que los fieles se acerquen a Jesús.
Es una comunidad que se está rehabilitando para que tengan un templo digno de adoración, ya que por unos meses se utilizó el salón parroquial para iniciar con las obras.
Esta obra está programada para concluir en tres años, pero debido a las condiciones sociales del entorno, este proceso ha sido más lento, los laicos comprometidos se nutren del Pan Vivo bajado del cielo, que es su fuerza para seguir realizando diferentes actividades económicas.
En la actualidad la parroquia está habilitada para celebrar eucaristías; cuenta con techo nuevo, paredes levantadas y está en espera de nuevas bancas.