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Inculturación del Evangelio

Inculturación del Evangelio

Durante el curso de dos mil años de la historia de la Cristiandad, se ha mantenido una relación entre fe cristiana y cultura.
El papa Juan Pablo II ha definido la inculturación en distintos momentos. La Encíclica “Slavorum apostoli” (1985) la define como “encarnación del Evangelio en las culturas autóctonas”.
La nueva evangelización, entendida como evangelización de la cultura principalmente, es un concepto teológico pastoral actual que tiene sus raíces en un patrimonio rico y sólido. Desde su mismo origen, la misión de la Iglesia ha tomado la forma de un encuentro mutuamente enriquecedor entre los evangelizadores y las culturas más diversas. Ya San Pablo se había hecho todo para todos, para los griegos y para los gentiles. Más tarde, algunos grandes teólogos, como Orígenes y San Agustín, supieron expresar lo esencial del Evangelio y hacerlo inteligible para las culturas predominantes de su tiempo.
La historia de las misiones muestra una constante encarnación del Evangelio en la diversidad de lenguas, costumbres y tradiciones a lo largo del mundo. Esta exigencia de la encarnación evangélica en el mundo se expresa en uno de los documentos más antiguos de la Iglesia, la Carta a Diogneto: “para los cristianos toda tierra extranjera es una patria, y toda patria, una tierra extranjera”.