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Peregrinos con Jesús Nazareno

Peregrinos con Jesús Nazareno

La devoción a Jesús Nazareno, cada año desde el Miércoles de Ceniza primer día de Cuaresma, reúne a más de 150 mil peregrinos que inician un largo caminar desde distintos pueblos del país atravesando trechos y montes para luego emprender largas filas que le dan la vuelta a la Basílica.
Cada uno carga su cruz, con una historia distinta de fe, sin importar el sol, el cansancio, el dolor, el hambre ni la sed, todo para llegar hasta su encuentro con Jesús Nazareno, y así poder agradecerle por los milagros recibidos.
Los devotos también aprovechan esta fiesta para ir en busca del sacramento de la reconciliación año tras año; esto como un signo de arrepentimiento, y además acompañan al Santo en su recorrido por las principales calles de la Basílica.

Testimonios de peregrinos
Desde hace más de 20 años Federico Vega, viaja desde la parroquia San Miguel Arcángel en Panamá a Atalaya para agradecerle al Santo. Todos los años asiste y lo seguirá haciendo mientras tenga vida y salud.
“A través de los programas de FETV logré comprender que hay que utilizar la intercesión de los sacerdotes para que Dios nos perdone nuestros pecados”, señaló.
Vega evangeliza ahora en su comunidad; así mismo en su lugar de trabajo de una manera sencilla a los que le dan la oportunidad, dándole gracias a Dios como si fuera el último día.
La devoción a Jesús Nazareno, que realiza, Ana Lourdes Quiroz, desde la provincia de Coclé, es una tradición que mantiene desde hace 30 años, prácticamente que viene de sus abuelos, tíos y sus padres. Explica, que no proviene de alguna manda en particular, sino que consiste en la fe y en agradecimiento porque siempre les ha concedido salud.

Misa en honor a los enfermos
La plaza central de la Basílica Menor de Atalaya, estaba abarrotada de peregrinos de todas las edades que llegaron con padecimientos, pero esto no fue un impedimento para que pudieran escuchar la misa dedicada a los enfermos.
La romería del viernes 3 de marzo, en honor a Jesús Nazareno fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Santiago, Mons. Audilio Aguilar quien dedicó un momento de oración a los enfermos.
Resaltó que la importancia de esta eucaristía consiste en que los peregrinos entiendan que “el sufrimiento, el dolor y la enfermedad, significa que Cristo está con cada uno de ustedes”.
Fue una emotiva eucaristía; el Obispo de Santiago, el párroco de Atalaya Reginio Aguilar y el Padre Ramón Buritíca le impusieron el sacramento de los Santos Oleos a los enfermos presentes.

El valor de la Limosna
“El valor que tiene la limosna” fue el tema de la homilía que presidió, Monseñor Pedro Joaquín Hernández Cantarero, obispo del Vicariato Apostólico De Darién, el sábado 4 de marzo en Atalaya.
En su homilía fue claro en resaltar que en este tiempo de cuaresma, el valor de la limosna no es dar las migajas al que pide, al hambriento, al sediento y al que tiene sed de justicia.
“Es vivir la experiencia de la donación total de nosotros mismos y de sentirnos involucrados en el proyecto histórico de nuestro pueblo panameño”, dijo Monseñor Pedro.
Agregó que Jesús no nos llama para humillarnos, sino para elevarnos con su dignidad de persona; “cada año el Señor quiere que aprendan a descubrir su debilidad humana de que todos son pecadores y porque todos necesitan de su amor y misericordia”.
Según el Padre Reginio Aguilar, párroco de la Basílica Menor Jesús Nazareno de Atalaya, durante las nueve noches de novena se realizaron más de 100 eucaristías. “La palabra es un don y el otro es un don”, este año fue el tema central de la Romería del domingo 5 de marzo que fue sacado del mensaje del Papa Francisco.
El encargado de predicar sobre este tema fue el Padre Ramón Buriticá, quien animó, meditó, reflexionó e iluminó a los feligreses para que puedan crecer en la apertura a la Palabra.
La Iglesia pide en este tiempo de cuaresma como peregrinos y fieles devotos del Nazareno, la conversión, el servir a los demás, hacer el bien pensando en el otro, recalcó el Padre Aguilar.
Estas son las verdaderas manifestaciones externas que nos van indicando que un verdadero cristiano debe ir configurando su vida con el Señor.