Peregrinaciones, recorridos de fe

Peregrinaciones, recorridos de fe

En la búsqueda de un acercamiento y un encuentro cercano con Dios, el hombre camina largos tramos buscando una gracia especial. El sentido de la peregrinación es bíblico, pues Dios mismo en el antiguo testamento invita al pueblo de Israel a acudir al templo con ocasión de fiestas importantes.
En el Año de la Misericordia, el Papa Francisco hablaba de este aspecto para buscar la conversión, y el hecho de celebrar un encuentro gozoso con la misericordia al llegar a un sitio sagrado.
Cuando un fiel tiene la intención de hacer penitencias por sus pecados y de buscar la misericordia de Dios, realiza una peregrinación, generalmente a basílicas o santuarios, que son los lugares que la Iglesia designa para ganar gracias o indulgencias plenarias.

¿Qué son las indulgencias
plenarias?
Hay indulgencias extraordinarias que se conceden con ocasión de algún año de gracia o bien con ocasión de una peregrinación de una imagen en vista de que la Santa Sede ha dado la facultad.
La indulgencia plenaria es la remisión total de la pena por los pecados cometidos y debidamente confesados.
“Cuando confesamos nuestros pecados, Dios nos perdona; sin embargo queda una pena que cumplir según la justicia divina aquí en la tierra, y cuando ganamos la indulgencia, esa pena queda completamente saldada, lo que quiere decir que estamos con mayor gracia a la hora de morir para adquirir la vida eterna”, señala el padre Francisco Verar, profesor en Sagradas Escrituras, Teología Fundamental, Espiritualidad y Mariología.
El sacerdote quien también ha acompañado a fieles en un sinnúmero de peregrinaciones, agrega que para ganar la indulgencia plenaria es importante participar en el sacramento de la Reconciliación.
De su experiencia en peregrinaciones destaca que siempre se experimenta una gracia especial, y que aunque no hay que viajar a una basílica para sentir esa gracia, se debe reconocer que hay lugares que Dios mismo ha bendecido para que sean signos de encuentro con él y con su madre, la Virgen María.
“Estos santuarios o basílicas tienen un aspecto especial de perdón, porque son lugares donde continuamente se está ofreciendo el sacramento de la reconciliación, y se ora más que en otras iglesias”, dijo.
Lo importante es saber que Dios es tan misericordioso que elige para nosotros algunos sitios especiales en donde podemos acudir, confesarnos y orar.

Una oportunidad junto a Fátima
La presencia de una de las réplicas de la imagen de la Virgen de Fátima a nuestro país es motivo de alegría. Para los católicos significa volver a encontrarnos con lo esencial del mensaje de la Virgen, en el cual pide conversión, el rezo del rosario, la participación en la eucaristía y la devoción a su inmaculado corazón.
“Esta es la más hermosa oportunidad para ganar la indulgencia, sobre todo sabiendo que nuestro país será la sede de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, que se realizará bajo un lema netamente Mariano”, señaló el sacerdote.

Congreso Mariano
Sobre este mismo tema, anunció la preparación, por solicitud del Arzobispo para el mes de septiembre, de un Congreso Internacional Mariano Mariológico, en donde contarán con la participación de expositores, especialistas, sacerdotes y teólogos de Santuarios como el de Fátima y Guadalupe, para hablar sobre la Virgen María en el caminar de la Iglesia a nivel universal y latinoamericano.
“Este congreso se realizará en el Teatro Anayansi del Centro de Convenciones ATLAPA, y será uno de los actos oficiales en preparación a la JMJ 2019”.
Pero además extendió la invitación para que el próximo sábado 25 de marzo en la Cinta Costera de la ciudad capital, asistan al acto de consagración personal y familiar junto a la imagen peregrina, en medio de la fiesta de la Encarnación, en la que se realizará una procesión con antorchas y velas, y será el acto público de veneración a nuestra madre, en medio de su visita a Panamá.

Peregrina en Atalaya
La imagen peregrina de la Virgen se encuentra en suelo veragüense, pues la Conferencia Episcopal Panameña consagrará hoy, en medio de la Fiesta del Cristo de Atalaya, el país al Corazón Inmaculado de María, en un acto piadoso y devocional que va ligado a la conversión, sobre todo al inicio de este tiempo cuaresmal en el cual se nos pide un cambio interior.
Un cambio que también incluye la penitencia, no solo hoy, sino durante estos 40 días. Pero, ¿tenemos claro el concepto de penitencia?
Este término a nivel teológico conlleva dos aspectos, el corporal y el interior. Es importante tenerlo claro por la importancia de esta fiesta diocesana a la que además se suma la visita de Fátima.
El padre Verar señala que cuando se habla de penitencia a nivel espiritual conlleva siempre el arrepentimiento de los pecados; hacemos penitencia cuando internamente nos arrepentimos, sentimos dolor por haber ofendido a Dios, pedimos perdón y nos confesamos.
Al hablar del aspecto físico se resalta el hecho de caminar y sentir un poco de dolor, y ofrecer ese dolor a Dios por los pecados. Así mismo puede ser el ayuno, o las molestias por alguna enfermedad que nos embarga y que ofrecemos a Dios.
El error que muchas veces se comete es confundir la penitencia con el sacrificio en el cual nos auto lastimamos. “Debemos tener cuidado de no sustituir la conversión y el arrepentimiento por actos sin valor, pues de nada sirve sufrir dolores corporales si no pido perdón por mis pecados, si no dejo los vicios, si realmente no hay un cambio; estaríamos desviando nuestra fe”, puntualizó.