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Los jóvenes de Cristo no ven las fronteras

Los jóvenes de Cristo no ven las fronteras

Mucho se ha hablado sobre el tema migratorio en los últimos meses. No sólo en Panamá, también en casi todo el mundo se difunden noticias que evidencian la triste realidad que viven familias enteras.

Por las redes sociales puedes ver cómo las personas, en especial los jóvenes arriesgan sus vidas caminando por selvas peligrosas o lanzándose en botes en mares profundos, no porque quieren vivir una extrema aventura, sino porque se ven obligados a escapar de situaciones de extrema pobreza, conflictos armados o persecuciones.   

Es triste escuchar a un joven como tú, decir que prefiere lanzarse sin mirar atrás  porque no tiene nada que perder, y quizás tenga razón, si evaluamos las causas que motivaron su decisión.

Como joven creyente ten presente antes de emitir algún juicio que todos los seres humanos somos migrantes. Migramos de una edad a otra, de una casa a otra cuando nos toque construir nuestra propia  familia y al final migraremos de ser piel a ser cenizas.

¿Cuántas veces los has juzgado como peligrosos, poco confiables, que vienen a quitarnos lo nuestro?

El sacerdote Alejandro Goulbourne señala que es entendible que el ser humano pueda sentir temor ante la llegada de extraños, “no somos perfectos, lo que no se justifica es que pasemos de la ignorancia al rechazo y tristemente en algunos casos a la discriminación y al odio” agregó.

En la Sagrada Escritura se nos dice: “Cuando un extranjero resida con vosotros en vuestra tierra, no lo maltrataréis. El extranjero que resida con vosotros os será como uno nacido entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” Levítico 19:33-34.

Goulbourne manifiesta que la mayoría de los migrantes son personas con una enorme fuerza de voluntad, se destacan por valores positivos como su gran determinación, su valentía, y esperanza en un futuro mejor. De estos hermanos podemos aprender y disfrutar. 

Explica que así como Dios te ama a ti y a tus hermanos de la parroquia, de la misma manera ama al argentino, al venezolano, al chino, al portugués.

El Señor envió a su hijo a morir por sus pecados así como lo hizo por nosotros, les ofrece salvación y vida eterna así como a nosotros. No importa cuales sean tus convicciones, si eres cristiano debes compartir la verdad de Jesucristo y su amor para todos, tengan o no papeles en regla.