,

La liturgia: Una catequesis permanente de la Iglesia

La liturgia: Una catequesis  permanente de la Iglesia

La liturgia es una forma excepcional de evangelización y catequesis. Los creyentes que celebran los misterios de Cristo activamente, se convierten a su vez en una escuela óptima de educación cristiana y litúrgica. Para que sea una catequesis efectiva, la liturgia tiene que cuidar su lenguaje simbólico y la inculturación, siguiendo las normas de una eficaz y correcta comunicación de la fe.  Debe superarse la tentación de utilizar lenguajes incomprensibles por ser ajenos a la cultura propia de los creyentes.

En Panamá se realizaron todos los cambios litúrgicos del Concilio Vaticano II; sin embargo, persisten deficiencias en el modo de aplicar y vivir la reforma litúrgica.  Se observa falta de creatividad en las celebraciones rituales convirtiéndolas en rutinarias, dejando de ser dinámicas, atractivas y llenas de vida.  Para que la liturgia asuma una auténtica fuerza activa y convocante, debe hacerse ver y gustar, probar y experimentar el misterio pascual. Urge recuperar el arte de celebrar la liturgia y el valor de lo simbólico.  Si la liturgia puede favorecer el contacto con el misterio, debe ir acompañada de una catequesis permanente y recreada sobre los signos y símbolos litúrgicos.

Se observa también una falta de preparación de las celebraciones litúrgicas. Es una tarea pendiente, pues factores negativos comprometen su transparencia comunicativa: símbolos inexpresivos, ritos y signos ininteligibles, falta de estética y de acústica, improvisación, etc. Necesitamos una liturgia más convocante y acogedora; comunitaria y participativa; con sentido de fiesta; más celebrativa. Así, la liturgia se transforma en premisa, detonador, terreno de cultivo y meta de la catequesis.  Para participar activamente en las celebraciones litúrgicas deben conocerse los símbolos y signos litúrgicos, de manera que hablen por sí mismos.

Las celebraciones litúrgicas deben ser encuentros alegres en los que Dios abraza amorosamente a sus hijos. Por ello, explicar qué es la liturgia cristiana y qué significan los símbolos y gestos en los sacramentos, debe llevar al creyente a experimentar alegría en las celebraciones, a descubrir y amar estos símbolos y gestos corporales, en fin, a percibir a través de ellos el misterio del amor de Dios.