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Jesucristo revela y transforma el sentido de la vida

Jesucristo revela y transforma el sentido de la vida

(Hch 9,1-30) En el preámbulo de la narración de la actividad de Pablo, el evangelista nos ofrece el relato de su conversión y llamamiento a la misión.  Aunque Pablo mismo alude a estos acontecimientos en sus cartas, al confrontar dichos textos con la narración de Hechos, comprobamos que hay diferencias.

¿Por qué?  Porque Hch 9,1-30 constituye un relato que refleja la visión popular, más o menos legendaria, que lo que quiere subrayar es que en la vida de Pablo se produjo una ruptura profunda; que Jesús entró súbitamente en la vida de Pablo provocando en él una honda transformación, de perseguidor en apóstol perseguido.

Pablo, un perseguidor violento, probablemente contaba con unos 28 años y gozaba de mucho prestigio, ya que incluso obtuvo licencia del sanedrín para perseguir a los cristianos en Damasco, Siria.

Nos dice Lucas que Pablo se dirigía a Damasco, a perseguir cristianos.  En mitad del camino se siente alcanzado por una luz que viene del cielo.  Ciego, cae en tierra y escuchó una voz que le decía:  “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”

Pablo volverá a ver cuando sea acogido por la comunidad como “hermano”.

Pablo perseguía a las comunidades, pero Jesús le dice “me persigues”; confirmación de que Jesús Resucitado está presente en la vida de las comunidades.

Ananías personifica a la comunidad cristiana de Damasco.  A pesar de que están temerosos por la fama de Saulo, Ananías le impuso las manos, gesto que comunica el Espíritu, y acogió a Pablo en la comunidad, llamándolo “hermano”.

Pablo comienza a predicar en las sinagogas, lo que provoca asombro y confusión entre los judíos, que no entienden lo que está ocurriendo e intentan matarlo, pero Pablo se entera y huye de la ciudad.