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Familia: agresividad en la infancia

Familia: agresividad en la infancia

Los niños más agresivos suelen ser aquellos que padecen o han padecido durante la infancia separación de los padres.
Existen muchos motivos por los que un niño puede tener comportamientos agresivos; es decir, comportamientos mediante los cuales demuestra una cierta hostilidad hacia los demás a través de conductas físicas agresivas o bien, mediante un lenguaje (insultos, amenazas, etc.) notablemente agresivo.
En primer lugar hay que tener en cuenta el temperamento; es decir, esa forma peculiar de ser que tiene el niño casi desde el mismo momento de su nacimiento, y que, en muchos casos, tiene un carácter hereditario.
Hay niños que nacen con una cierta predisposición a tener una personalidad en la que la agresividad sea uno de sus rasgos característicos. No obstante, la educación y las experiencias que el niño vivirá a lo largo de su existencia modelarán de forma decisiva estos rasgos temperamentales iniciales.
Por tanto, el ambiente dentro del cual el niño se desarrolla tiene una influencia, a veces decisiva, sobre su propio comportamiento.
Los niños más agresivos suelen ser aquellos que padecen o han padecido durante la infancia separación de los padres (divorcio, nulidad matrimonial, emigración, abandono o muerte de uno de los progenitores, etc.); también aquellos que han sufrido malos tratos por parte de sus padres, otros familiares o personas con las que mantienen cierta dependencia (tutores, profesores, etc.).
En el fondo, lo que subyace dentro de cada una de estas situaciones es un conjunto de vivencias de privación afectiva, por las cuales el niño no se siente suficientemente atendido y querido, lo que va a dar lugar a una cierta hostilidad hacia esos seres próximos y hacia la sociedad en general, que se suele manifestar en forma de conductas agresivas e incluso delictivas, configurando una personalidad psicopática, que se caracteriza precisamente por una personalidad anómala, en cuya estructura destacan como factores anómalos la falta de control de las tendencias agresivas.