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Amistades santas valen la pena

Amistades santas valen la pena

Hemos escuchado muchas veces este término. Y ojalá todos buscaran tener amistades santas, estar rodeados de personas que nos ayuden a acercarnos más a Jesús. Una vez escuché a un chico de confirmación decir que no le gustaba salir con fulanito porque era demasiado santo y tranquilo. Porque lo invitaba a Misa y siempre le hablaba de algo que había leído en la Biblia o que había visto en algún programa de los canales de fe. La verdad me causó mucho dolor escuchar esto, aquel chico que podía tener 17 años estaba huyéndole a Jesús, porque este chico que le hablaba de Dios definitivamente estaba siendo un instrumento de evangelización, Jesús estaba actuando por medio de Él. Así piensan muchos, señalan a los chicos tranquilos y que tienen un caminar de fe como retrógradas y aburridos, sin darse cuenta de que en realidad es una bendición poder compartir con personas que buscan tu bien, que no peques tanto y que te acerques al amigo fiel: Jesús.

Todos deberíamos ser jóvenes que buscan la Santidad y que con sus amigos trabajan por esta meta tan hermosa día a día. Y no se trata de encerrarse a orar las 24 horas del día o quedarse en casa sin salir de paseo, se trata de ayudarse mutuamente como amigos a tomar los caminos correctos y a divertirse de forma sana para seguir siendo jóvenes y a la vez estar en ese recorrido de la fe con entrega y alegría. Se trata de ir a Misa juntos, estar en un grupo juvenil, meditar la Palabra y orar juntos. La Santidad es un camino difícil, donde habrá tentaciones, caídas y retos que cumplir, pero de la mano de Jesús y con amistades que buscan esa misma meta es un viaje que vale la pena tomar y que será mucho más interesante. Oremos por las amistades santas.